Manejar conflictos en la empresa familiar

En las Empresas Familiares son varios los factores generadores de conflicto. Dos de los más importantes son los cambios y el hecho de que las personas tienen diferentes puntos de vista. Cuanto más rápidos sean los cambios, más difíciles pueden resultar. Los cambios también generan oportunidades, pero incluso en éstas existe el riesgo de desacuerdo.

Los puntos de vista divergentes también generan tensión. Las cosas se ven diferentes según el cristal con que se miren. Esto es especialmente válido para las Empresas Familiares. Los familiares ven las cosas de forma diferente que los accionistas no miembros de la familia.

Los parientes políticos tienen puntos de vista diferentes a los de la “sangre”. Los primogénitos y los hermanos más jóvenes pueden tener perspectivas divergentes. A medida que la familia se expande y madura, aumentan las probabilidades y la frecuencia de los conflictos. Existen al menos cuatro estrategias para hacer frente a los problemas:

  • Evitarlos
  • Arbitrarlos
  • El compromiso
  • Soluciones creativas

A veces, funciona evitar las tensiones o aplazarlas. Un asunto o problema puede llegar a desaparecer. Por desgracia, cuando se trata de negocios, muchas cuestiones no pueden ser pospuestas. Además, evitar los conflictos despoja a la familia de la oportunidad de aprender a hacerles frente.

A menudo, las familias buscan un árbitro, una tercera parte que ayude a resolver las disputas. A veces, mamá sabe escuchar comprensivamente y tiene una influencia especial sobre otros miembros de la familia. Otras veces, se busca a un consejero clave o a un ejecutivo que no sea miembro de la familia. En algunas ocasiones, el árbitro o mediador presta ayuda no con la propuesta de una solución, sino encarnando un fórum que eleve la calidad del debate. Una junta directiva, especialmente la que incluye directores independientes, puede asumir ese papel de fórum.

Siempre que sea posible, instamos a los directores a evitar implicarse con una de las partes. Si usted es invitado o arrastrado al conflicto dentro de una Empresa Familiar, evite en lo posible asumir la responsabilidad de la solución. Si usted no actúa de esa forma, se le exigirá más a menudo soportar fardos sobre sus hombros, su estrés aumentará y los miembros de la familia pueden acabar dependiendo de usted.

Fomentamos la discusión directa de los problemas. Algunas veces la discusión directa genera avenencias prácticas. Por ejemplo, un acuerdo de compraventa puede ser pagado en siete años si una de las partes cree que debería ser en cinco y la otra, en diez. Pero muchos conflictos en la Empresa Familiar no se resuelven de la mejor forma mediante la transigencia entre las partes. La avenencia entre cero y tres años de experiencia llega a ser poco constructiva, poco práctica e incluso fútil. ¿Qué hacer, entonces? En la mayoría de las cuestiones importantes puede ser productivo el sobreesfuerzo para buscar alternativas nuevas y creativas.

Éstos son algunos pasos a recordar:

  1. Primero, defina el problema. No empiece por presentar una solución.
  2. Compruebe que ha entendido las preocupaciones de la otra persona volviendo a plantearlas y preguntando si su comprensión ha sido la correcta.
  3. Ponga toda su energía en debatir el problema. Evite las acusaciones personales. Creemos en el dicho: “Ataca el problema, apoya a la persona”.
  4. Si la resolución se perfila lenta, estrújese el cerebro buscando más opciones. Pida a otros que presenten nuevas alternativas sin evaluar inicialmente ninguna de ellas.
  5. Si el camino resulta duro, tómese un respiro. Vuelva al asunto al día siguiente. Mientras, evite la tentación de endosar el problema a otro.
  6. La forma en que usted aborde el problema será lo que se recuerde durante más tiempo. Piense en lo que dice y en cómo lo dice. Una familia que conocemos simula que la discusión está siendo grabada en vídeo para que pueda verla la generación venidera.

Es algo consustancial a ellas que las Empresas Familiares tengan problemas. De hecho, reconocer el problema e intentar resolverlo es un síntoma de progreso. El que una Empresa Familiar experimente éxito o dolor depende de la habilidad de la familia en hacer frente a los problemas y en la progresiva confianza en que los conflictos deben ser abordados abierta y directamente. Observamos dos grandes “reglas” en muchos códigos familiares que lo resumen todo:

  • Sea duro con los problemas, tenga tacto con las personas.
  • Aborde las diferencias de forma directa y rápida; no deje que se enquisten. Continúe hablando, hablando y hablando hasta que se resuelvan.

 

Por John L. Ward y Craig E. Aronoff
Traducido, adaptado y reproducido con permiso de Family Business Publishing Company

 

2019-09-04T15:53:23-03:00