TÉCNICA DE REENCUADRE:

Esta técnica se refiere a la posibilidad de ”buscar lo mejor de lo peor”  de “encontrar lo bueno en lo malo” de ver “lo positivo en lo negativo”, e implica reformular positivamente una afirmación negativa transformándola en otra positiva. La técnica puede utilizarse también para “buscar semejanzas en las diferencias” y “complemento en los opuestos”.

“Un buen ejemplo de cómo la reformulación de un comentario puede brindar mucho consuelo, me sucedió un día, hace algún tiempo, cuando le expresé a un amigo William Blatty, el autor del exorcista, mi desilusión por una mala crítica de uno de mis libros. Me respondió de una manera maravillosamente alentadora que al instante sanó mi herida: “Irv, por supuesto que estás molesto con el comentario. ¡Y gracias a Dios que lo estás! ¡Si no fueras tan sensible no serías tan buen escritor!”  (i)

Cuando dos miembros de la familia se han enojado mucho y han tenido un distanciamiento suelen usar palabras dramáticas para referirse a él, dicen por ejemplo: Ahora tenemos una mala relación, ya nunca más tendremos la relación que teníamos antes, porque eso que me dijo (o que me hizo) lo cambió todo:

  • ¿Antes, Uds. tenían una buena relación?
  • Si.

Ud. puede decir:

  • Una buena relación siempre puede resistir un mal momento y si una buena relación no pudo resistir un mal momento, entonces nunca fué una buena relación”.

No desprecie nunca el efecto de sus palabras, piense que “En toda alma, hay un recinto oscuro, un rincón olvidado en el que un loco se desespera por no poder encontrar la luz; y espera, con un fervor febril, que alguien le tire como alimento una palabra trascendente y liberadora. Una palabra que ponga fin a las deliberaciones que, en su encierro, mantiene consigo mismo”[ii].

Un ejemplo más: El nunca me entiende!  o Creí que había sido claro pero parece que no!

Reflexión del coach en voz alta: “La palabra es mitad del que la dice y mitad del que la escucha . . .  (pausa larga y premeditada) ¿cuál crees vos que es la mitad que está fallando en esta comunicación? ¿o son las dos?.

 

Otra forma de utilizar técnica de re-encuadre es buscando semejanzas en la diferencias.

Por ej. si uno se atreve a re-encuadrar su propia mirada sobre las religiones y busca a través de las diferencias, podrá encontrar algunas semejanzas. Por ejemplo, en todas las religiones los fieles se hincan para orar, en todas hay ofrendas, en todas hay aportes de dinero de los fieles, y -por supuesto- en todas hay deidades.

También podríamos decirle a un padre que discute apasionadamente con su hijo: “Uds. dos, -aunque no lo crean-, son muy parecidos. Los dos son muy enérgicos, los dos tienen exceso de convicciones y los dos tienen incontinencia verbal y los 2 tienen por costumbre hablar cuando el otro interrumpe (uso del humor). En lo único que no se parecen es en lo que defienden, pero en cómo lo defienden son igualitos, de tal palo . . . . “

Otra forma de buscar semejanzas en las diferencias es cuando un padre se queja de lo hace su hijo ahora, olvidando lo que él hizo con su padre cuando tenía la edad que su hijo tiene ahora. Se sugiere indagar con preguntas suaves sobre el pasado del hablante, y cuando él use algún calificativo sobre su padre parecido al que su hijo usó con él, hacer la marcación.

Otra posible semejanza podría estar en las actitudes, a lo mejor él se queja porque el hijo se fue de la empresa y él también se fue de la empresa de su padre. A veces una mujer hoy mayor que se separó de su marido por alcohólico e inició una nueva relación con un hombre más joven que ella se refiere a si misma como una “mujer valiente”,  como una “mujer de avanzada” para aquellas épocas, mientras que cuando se refiere a  su hija, que tomó una decisión similar 40 años después, la denigra diciendo que es una mujer que le da un mal ejemplo a sus hijos. Incluso llega a preguntarse ¿a quién habrá salido?.  A Ud. señora.

Sin intervenciones profesionales serias, los patrones de conducta enquistados en la familia a través de los mandatos familiares, tienen a repetirse de generación en generación.

Cuando pregunte, no indague. Preguntar no es indagar si no invitar a la reflexión al otro. Una lista de preguntas en manos inexpertas es un cargador con balas en un pelotón de fusilamiento, una reunión individual no es un interrogatorio, es una inquietud amistosa que muestra mi interés por conocer profundamente al otro y –sobre todo- por ayudarlo a conocerse más y mejor a sí mismo. Uno es un guía que ayuda al otro a hacer una visita guiada al interior de sí mismo.

 

 

Pregunte, pero no se conteste sus propias preguntas, escuche las respuestas y escúchelas activamente. Piense que NO HAY UN OTRO,  LO UNICO QUE HAY ES MI VERSION DEL OTRO; por lo tanto, cuando uno habla de alguien en realidad está hablando de si mismo, porque “todo lo dicho es dicho por alguien quien al decirlo revela quién es”. (Sugerimos leer el capítulo 6 del libro de YALOM Irvin D.)

Después de saber preguntar no hay nada mejor que saber callar para poder escuchar bien la respuesta. Escuche el lenguaje verbal, el corporal y el emocional. Y no caiga jamás en la tentación de explicar su propia pregunta ni, mucho menos, de responderla. El mal consultor pregunta y se contesta él mismo. Como diría Francisco Luis Bernárdez “no digas nada, no expliques nada; cuando quieras hablar, quédate mudo, que un silencio sin fin sea tu escudo y, al mismo tiempo, tu mejor espada.”[iii]

Una variación de esta técnica es la que desarrolla William Ury en “ ¡ Supere el NO !”; el habla de replanteo y dice que el replanteo consiste en desviar la atención que la una persona tiene puesta en defender su posición y redirigirla hacia la identificación de sus verdaderos intereses.

También podríamos llamar re-encuadre a la acción o conjunto de acciones por las cuales un consultor desbarata el intento de una persona (o de una familia) de sacarlo de su rol como consultor. Un buen consultor debe conocer los problemas de su cliente, pero no hablar de los suyos; no puede ser amigo, ni cliente, ni proveedor, ni socio de su cliente y debe evitar apartarse de su rol de consultor.

Pero ¿qué es un rol? Podríamos definirlo como “un modelo organizado de conducta relativo a una cierta posición del individuo, en una red de interacciones ligada a expectativas propias y de los otros”.

Para ilustrar mejor esta variante del concepto de re-encuadre, citaremos un libro de  Jay Haley donde cuenta el caso de una terapeuta que atendía a un grupo de pacientes psicosomáticos con problemas graves.  Un paciente le dice: “Doctora, que piernas bonitas tiene …… “, intentando sacarla de su rol de médica para colocarla en el de una mujer a seducir  y, con esto, se resistía al tratamiento. Entonces ella le dijo: “mire yo no sé si es verdad lo que dice usted, es probable que yo tenga piernas bonitas, pero Ud. viene acá a curarse de sus hemorroides no tan bonitas y de todos los trastornos que le trae esa somatización”.  Eso se llama re-encuadrar el rol; lo hizo volver a su problema.

 

 

Si aprendemos a mirar con otros ojos o con otros lentes (aunque sean prestados), seguramente aprenderemos a ver otras cosas en las mismas cosas.

[i] YALOM, Irvin D. El Don de la Terapia. Buenos Aires: EMECE Editores, 2002. Pag. 35

[ii] BERGERON Bertrand: “Citado por DUFOUR Michel en “Cuentos para crecer y curar” Editorial Sirio S.A. Pag.69

[iii] BERNARDEZ Francisco Luis. Citado por Enrique MARISCAL en “Cuentos para regalar a personas que no leen”. Ed. Seridipindad.

2019-02-07T11:24:07-03:00