Además de la Conferencia Mundial, dirigida principalmente a empresarios familiares “en activo”, también existe un foro exclusivo para los futuros sucesores y accionistas de la Empresa Familiar. Se trata de un espacio de diálogo único para las nuevas generaciones, donde jóvenes miembros de Empresas Familiares tienen la posibilidad de recibir conocimientos de importantes académicos y compartir sus experiencias con otros jóvenes empresarios de todo el mundo.
Este año, uno de los grandes objetivos era la definición de mecanismos para motivar y comprometer a los accionistas en empresas que están en generaciones ya avanzadas. La fuente de preocupación surge del hecho de que, en muchas empresas, la mayoría de los accionistas no trabaja en la Empresa Familiar ni son miembros del consejo de administración. De ahí la importancia de mantenerse unidos y con una visión compartida que sirvan de base para el funcionamiento exitoso de la empresa.
Cuatro fueron las grandes conclusiones de los jóvenes representantes de familias empresarias en estadios generacionales avanzados (en 3ª; 4ª y hasta en 7ª generación y de entre 20 y 75 miembros).
El valor de la información:
Es muy importante que los accionistas estén informados sobre la marcha de la empresa, sus proyectos, planes estratégicos e incidencias. La información tiene que ser de amplio alcance y de manera permanente. Y al contrario de lo que sucede en muchas organizaciones, el desafío es lograr que esté “bien visto” que un accionista se preocupe y quiera saber, que formule preguntas y ponga en cuestionamiento aspectos que le parezcan importantes. Para alcanzar esta meta debe haber unos canales y foros de comunicación establecidos que el accionista debe respetar.
La información también es un factor especialmente relevante en tiempos de dificultades y malos resultados: el accionista tiene que conocer por qué causas, y cómo se ha llegado a una mala situación para poder entenderlo sin crear nuevos conflictos.
Una política de dividendo
La empresa debe repartir una cantidad apropiada de dividendos. El accionista tiene derecho a ser retribuido por el capital que tiene invertido en la empresa. Para muchos de estos jóvenes, no existe nada más frustrante que ser un “rico virtual”: accionista de una Empresa Familiar que no reparte ningún tipo de dividendo o lo hace de forma irregular e impredecible, sin una política establecida y a medio plazo.
Una salida para quien no quiera estar
Los futuros empresarios también coinciden en que el accionista familiar debe estar en la Empresa Familiar por voluntad propia y no por obligación. En este sentido los miembros del grupo se mostraron contrarios a los pactos que penalizan la venta de acciones de la Empresa Familiar ofreciendo un precio muy inferior al de mercado, o a aquellas situaciones que dificultan la salida del accionariado y mantienen al inversor familiar cautivo.
Relaciones adultas
Sin duda, éste fue el punto más controvertido de la jornada. Muchos apoyaron la creación de un eslogan con el que llamar la atención del grupo de “los mayores”: “Juntos en una relación de adultos”. Efectivamente, una de las quejas más compartidas por parte de los miembros de la próxima generación (con edades entre los 18 y los 35 años) es que sus padres, tíos y familiares de la generación anterior les siguen tratando como a niños aun cuando muchos de ellos son adultos, con responsabilidades profesionales, familiares y sociales de primera magnitud.
Los tres ejes básicos para asegurar la continuidad
Contrariamente a lo que la mayoría de los empresarios y expertos en Empresa Familiar creen, después de haber estudiado más de 5.000 Empresas Familiares, no existe ninguna prueba de que la planificación de la sucesión tenga algún efecto en el éxito del proceso sucesorio. El profesor Joe Astrachan, uno de los pioneros en el campo de la investigación, la docencia y la consultoría especializada en Empresas Familiares, cree que son otros los factores que influyen directamente en la continuidad de una Empresa Familiar a través de las generaciones:
·La existencia de un consejo de administración eficiente y efectivo, idealmente con una mezcla de consejeros familiares e independientes.
·Que en la Empresa Familiar se realicen planes estratégicos regularmente, no sólo por las ventajas que dicha planificación supone, sino por el gran impacto que tiene sobre la familia empresaria el proceso de comunicación y discusión necesario para elaborar y llegar a un consenso sobre el plan estratégico.
·La celebración regular de reuniones de familia así como la existencia de una buena organización de las relaciones entre familia y empresa. En este apartado, las Empresas Familiares más longevas y exitosas suelen tener un Consejo de Familia, que es el órgano encargado de proveer de información, formación y sensibilización a los miembros de la familia empresaria en función de sus edades, intereses o del rol que representan (familiar, accionista, futuro accionista, pariente político, etc).